domingo, 11 de octubre de 2009

Gran Jornada de UNA VOCE FRANCE en Fontfroide



Abadía de Fontfroide (ss. XII-XIII)

En la antigua abadía benedictina de Fontfroide, situada en la actual diócesis de Carcasona y Narbona, tuvo lugar el pasado sábado 10 de octubre la Gran Jornada de Una Voce Francia organizada como acción de gracias al Santo Padre por el motu proprio Summorum Pontificum pero también como encuentro para someter a análisis y examen la aplicación de éste al cabo de dos años de su promulgación y reflexionar sobre sus perspectivas de futuro.

La Jornada se inició con una Misa Solemne celebrada por el R. P. Daniel Séguy, párroco de Caussade, y en la que la schola gregoriana dirigida por el maestro Philippe Bevillard de Port-Marly (Yvelines) –a la que se unió la asamblea de los fieles asistentes– cantó la misa Os Justi correspondiente a la fiesta de San Francisco de Borja. Una coral polifónica bajo la dirección del maestro Michel Bouvet de Narbona interpretó diversas piezas de polifonía clásica. Las piezas de órgano, a cargo del maestro Henri Barthés de Saint-Chinian (Hérault), fueron tomadas del repertorio de los autores clásicos españoles de los siglos XVI-XVII (época de oro del arte organística). El sagrado rito se desarrolló con un sentido litúrgico impecable.

Tras la celebración eucarística, el Sr. Patrick Banken, presidente de UNA VOCE FRANCE (foto), presentó el programa de la Jornada. A continuación se dio paso a la comida, durante la cual los presentes pudieron confraternizar y conocerse. Las intervenciones las abrió el presidente Banken, quien disertó sobre la transmisión del tesoro litúrgico, lo que le permitió plantear una redefinición de los objetivos fundamentales del movimiento UNA VOCE. El maestro Jean-Michel Sanchez, docente universitario, historiador del arte, musicólogo y organista, que no pudo asistir por motivos de fuerza mayor envió una comunicación sobre la situación de la música sacra en el presente, subrayando la necesidad de no separarla de su aspecto cultual y religioso, pues muchas veces se la reduce a un mero “chill-out relajante” o a su aspecto cultural concertístico. Por el contrario, el canto gregoriano nació y se desarrolló con la liturgia, como expresión espiritual y doctrinal de la fe católica, y es en ese contexto donde debe continuar expandiéndose. En contra de la tendencia de muchos que suelen confinar al gregoriano a la categoría de música para ciertas élites culturales, se subrayó su carácter de “canto para los más sencillos, para los más pobres”, nacido entre el pueblo y para el pueblo.

El lema que como consigna pidió a todas las scholae y corales fue el de “agir”, es decir pasar a la acción. Se trata de emprender acciones concretas, muy especialmente por parte del laicado, apoyando y empujando a los sacerdotes a confiar en el gregoriano mediante las corales ya establecidas o a fundar. Se constató que es sorprendente y maravillosa la acogida que entre muchos alejados de la práctica católica, con motivo de una visita a una iglesia o recinto religioso, tiene siempre el canto gregoriano, despertando simpatías insospechadas entre los profanos, que, paradójicamente, han sido en tiempos recientes sus más fervientes difusores. Por eso, es bueno y aconsejable aprovechar las ocasiones que brindan las fiestas patronales de los pueblos o las celebraciones religiosas de asociaciones gremiales y civiles, para promover el apostolado del canto en la Iglesia.

Tras la lectura de esta conferencia, seguida con interés por un público entregado, formado esencialmente por seglares comprometidos con la difusión litúrgica en sus más variados aspectos, pronunció su conferencia el historiador Jean de Viguerie (foto), que fue recorriendo los datos estadísticos de la práctica religiosa en Francia desde el siglo XVIII y la Revolución de 1789 y la desolación religiosa que le siguió hasta nuestros días. Fue sumamente interesante constatar cómo tras la abolición del culto y la persecución del clero, a partir de 1801 con el nuevo Concordato francés la práctica religiosa de los católicos franceses se sitúa entorno a un 50% y que el siglo XIX, a pesar de los ataques frontales contra la fe católica y la Iglesia, fue un siglo de gran vitalidad fundacional y de santidad preclara, manteniendo esa estadística de práctica y asistencia dominical a la Santa Misa hasta la Gran Guerra (1914-1918).

A partir de los años 40, con la Misión de Paris y la fundación de los movimientos especializados de Acción Católica (JOC y todas sus ramas) los sacerdotes ( como los PP. Godin y Daniel, sus principales promotores) ponen su acento en llevar la palabra de Dios y la fe en Cristo, especialmente al descristianizado mundo obrero, pero ya no ponen su acento en la necesidad de la gracia ni tampoco en la asistencia a la misa dominical, exigencia que juzgan un tanto excesiva: la práctica religiosa se sitúa en los años 60 entorno al 25%. Pocos años después, tras la promulgación del Novus Ordo Missae y el nuevo Misal en 1970, aquélla cae al 18% en 1976. Los obispos subrayan que hay que preferir la calidad a la cantidad. Finalmente, y aunque hay que diversificar las regiones, hoy no supera el 2% o, como máximo, el 4% en algunos lugares. Este estado de cosas forma parte de un análisis de la actual situación religiosa en Francia que fue matizando y perfilando con acierto el prestigioso profesor universitario emérito.

En el recinto de la Abadía fueron numerosos los puestos con las publicaciones y grabaciones musicales de las asociaciones católicas de Montauban, Montpellier, Beziers, Perpiñán… todas ellas del Mediodía francés, que constituyeron la asistencia mayoritaria a este encuentro, aunque ha de subrayarse la presencia de fieles de Paris, Cahors, de la lejana Bretaña o de la vecina Cataluña (España).

Entre los sacerdotes presentes figuraron varios pertenecientes a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro y al Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote; también destacaron los canónigos regulares de San Agustín de la vecina y floreciente abadía de Santa Maria de Lagrasse. Como representante de Roma Aeterna acudió el sacerdote barcelonés Mossèn Francesc Espinar Comas, apóstol e incansable estudioso de la liturgia tradicional en nuestro país, a quien debemos esta crónica de la Jornada. El presidente de ROMA AETERNA y Secretario de la FEDERACIÓN INTERNACIONAL UNA VOCE (FIUV), impedido por razones de salud, envió un mensaje personal al presidente Patrick Banken.

La Jornada concluyó con las Solemnes Vísperas gregorianas y la Exposición Mayor del Santísimo Sacramento con la bendición eucarística. Fue realmente una experiencia intensa y edificante, en la que se pudo comprobar la vitalidad, el entusiasmo y la capacidad de organización de la dinámica asociación UNA VOCE FRANCE, a la que vaya desde estas líneas nuestra más calurosa felicitación por un evento que queda como ejemplo para las demás asociaciones hermanas. Esperamos poder pronto celebrar uno semejante en España.



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